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22 Jul
22Jul


Ese momento en el que encuentras un lugar que te encanta y no quieres irte... Creo que a todos nos ha pasado. De seguro, si has logrado visitar diferentes lugares, puedes haberte sentido así en más de una ocasión. Puedo decir que Venecia me cautivó de una manera muy especial. Es una ciudad mágica que te envuelve en su belleza. No es para ir de pasada, sino que amerita ser explorada y disfrutarla al máximo. Hubiera deseado poder pasar más tiempo aquí. Perfecta para ir en pareja o sola, aquí no te vas a aburrir. Una ciudad romántica y con un toque de bohemia, de personas que charlan, comen y beben en las calles hasta tarde en la noche, una ciudad especial. Así que si tu idea de Venecia son sólo los paseos en góndolas y ver puentes te invito a reflexionar para que puedas verla desde otra perspectiva. ¿Quieres saber por qué me gusto tanto? Te invito a seguir leyendo.


Patitas para qué las quiero

No quería partir. Y es que la vida allí me encantó. ¡Así que busca tus tenis que no vamos de paseo! El solo echo de que solo puedes caminar para recorrer la ciudad me encantó. Aquí solo verás, góndolas (muchas en el Gran Canal y una que otra en los canceles aledaños), botes y personas caminando. ¡Y es que hasta la basura la recogen en carretillas que llevan dos o tres personas subiendo y bajando escaleras y puentes.

Cada calle tiene su propio encanto al igual que sus puentes y canales todo lleno de historia. Poder ver de cerca la vida cotidiana de su gente, sus mercados de frutas y vegetales, levantarte temprano y ver cómo los trabajadores salen a su faena, ver cómo preparan  los restaurantes, irte de compras al supermercado. Esta última era un espectáculo. Desde la forma en que conservan los alimentos hasta estar perdidos buscando lo que deseábamos. Al igual que aquí, te cobran las bolsas plásticas si no llevas las tuyas. ¡Maravilloso! Promueven la salud ambiental y el reciclaje. ¡Todo es tan diferente a nuestra isla! 

Calles y ventanas con flores de colores que adornan sus casas, plazas grandes tranquilas y sencillas, la ropa colgando de cordeles que van de una ventana a otra, hermosas estructuras históricas. ¡Todo es tan bello!

Y no, no tuvimos un paseo en góndola. Esto era algo que deseábamos hacer pero se nos salía del presupuesto. Lee cómo viajar con presupuesto en aquí. El paseo en góndola es algo emblemático de la ciudad y muchos dirán que es parte esencial de tu visita a Venecia. Yo no lo veo así. Venecia es mucho más que un corto paseo en gondola. La verdad el paseo no nos hizo falta y si a eso le sumamos el comportamiento de mi niña pues estaba un poco más lejano. Te aseguro que de igual manera puedes tener vistas increíbles de sus canales, puentes y estructuras recorriendo sus calles. 

Puedes caminar sin mapa o GPS, si no tienes, no temas perderte en sus calles que poco a poco van conectando y te llevan a lugares muy lindos. Lo mejor es que llegas a lugares no turísticos que te encantarán. De esta manera exploras los lugares en el camino suave y sin prisa, disfrutando de lo que ves. Nosotros tratábamos de no utilizar el GPS para poder aprendernos las calles y callejones Pero si no veíamos salida, celular en mano y a seguir caminando. ¿Nuestro aliado? Google Maps. Así que si tienes data no dejes de utilizarlo en momentos extremos.

Una ciudad de ensueño

Atardeceres hermosos desde cada punto. Mucha calor y el sol que no se aparta. Puedes encontrar tu propio rincón lejos de la multitud caminando por el norte de la ciudad. Dentro de una ciudad encontrarás dos ciudades distintas. El área turística dónde todo es mucho más costoso (naturalmente) y lleno de multitudes por doquier (verano obvio) que no te dejan apreciar bien las vistas a menos que te levantes temprano, qué dicho sea de paso, amanece súper temprano y obscurece tarde en la noche, y por otra parte, la ciudad donde reina la paz [jajaja].

Poder subir a la Torre en la plaza de San Marco es un must. La vista de la ciudad es perfecta. Puedes apreciar todo desde lo alto. Si subes cuando el sol se está poniendo la vista no te decepcionará. ¡Realmente hermoso! Tendrás vistas bellas desde cualquier parte. Desde edificios históricos hasta tiendas y boutiques alusivas a la vida europea, plazas con restaurantes y comida deliciosa.

¿Lo más que disfruté? 

¡Comer! Un gelato, spaghetti o una rica pizza a orillas de un canal cerquita de "casa". Nuestra "casita", un apartamento pequeño y acogedor en una calle súper tranquila al lado de un canal. Un lugar maravilloso en el que podías recorrer sus canales caminando tranquilamente sin personas y con muchas flores. Lugar donde verás a los locales caminando con sus perros en los pequeños callejones disfrutando del aire fresco y tomando agua de sus fuentes. Esas fuentes de agua rica y fría, refrescante. Frente a casa teníamos una y hasta tenía un platito para que los perros tomaran agua y los pajaritos se bañaran. Nada como poder abrir las ventanas de par en par y ver las personas caminar, dormir con las ventanas abiertas y que el fresco de la noche te acompañe en el sueño.

Venecia se quedó con un pedazo de mí y en mi corazón hay un pedazo de ella. ¡Volveré! Quien quita y quizás sea mi primer viaje sola. 

 No esperes el momento ideal para planificar el viaje de tu vida, el de tus sueños. La vida pasa, sal de tu zona de comfort y aventúrate por el mundo, descubre países, come diferente, conoce otras culturas, viaja! Recuerda que no existen límites para los que aman viajar. 

Te invito a estar atento a las próximas publicaciones. De cada ciudad hay una historia para contar y algo nuevo para descubrir.

K.







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